Hoy vaciamos nuestro departamento. Nuestros compradores vinieron a buscar todo lo que nos compraron y nos vinimos a vivir a lo de mi suegra por dos semanas.
A partir de ahora no tenemos casa y esto va a ser así más o menos por los próximos dos meses.
En este momento estoy colgado de el wifi de vaya a saber quién.
Debo confesar que este ha sido otro baldazo de realidad, y creo que más fuerte que la entrevista, la visa y renunciar al trabajo. Lo de hoy fue realidad pura, no fueron papeles que te dan "la posibilidad de...". Ver la casa vacía siempre pega un poco, pero esta vez no nos llevamos los muebles a ningún lado, simplemente se esfumaron, y digamos que de aquí en más, vivimos con lo puesto.
Todavía mañana queda un día difícil porque no hemos terminado, todavía quedan algunas cosas que mudar, entregar, regalar y tirar.
Espero que las próximas dos semanas las cosas estén más relajadas y así poder estudiar, ya que no he podido tocar nada en el último mes.
La frase fue del Gral. San Martín y me viene justo al caso de este post.
Mi hijo mayor de 4 años hoy trajo un libro del jardín que se llama "Todo lo que es Juan". Ayer, su maestra nos mandó una notita diciendo que Ojoloco se mostró muy interesado por el libro y que les podíamos mandar el dinero para comprárselo.
Dicho libro trata sencillamente y como su nombre lo indica, de todas las cosas que es Juan en su vida: vecino, padre, hijo, ciudadano, empleado, conductor de automóviles, cliente, etc. y lo que yo creo que más le interesó a Ojoloco fue que en todas las páginas había planos de la ciudad en la que vive Juan, con dibujos e indicaciones de todos los negocios, edificios, instituciones, etc. Digo esto porque a mi hijo le encantan los mapas y planos. Muere por el GPS y la guía Filcar. También tiene debilidad por todos los vehículos que tengan motor que puedan existir tales como camiones, trenes, autos, subterráneos, máquinas viales y aviones. Todos sus juguetes giran en torno a esa temática y al resto casi no les da bolilla.
Mientras tanto, Mapa (casi 3 años), recién ahora está teniendo más marcadas sus preferencias. Prefiere los animales a las cosas, le encantan los libros de cuentos que tengan animales, dinosaurios y seres vivos en general y siempre se fija en sus expresiones, Siempre hace comentarios tales como "el león está contento" o "el oso está enojado".
Al parecer, sus preferencias y formas de pensar ya parecen ir divergiendo. Como anécdota graciosa, hoy Ojoloco se puso a mirar un dibujo animado en donde mostraban como un castor hacía una represa. Y me preguntó: "¿Papi, qué animal es ése?"; "un castor" le contesté, y enseguida me preguntó "¿Y para qué sirve?".
Estos simples hechos, me llevaron a pensar en la forma en que muchas veces veo a nuestros hijos. Y me encontré con que frecuenemente los miro como el potencial que tienen y como todo lo que podrían ser. Cuando veo a Ojoloco armar cosas con los legos, o construir ciudades o autopistas sobre la alfombra no puedo dejar de ver a un ingeniero. Cuando veo a Mapa rascar mi guitarra y cantar no puedo dejar de ver a un músico.
Tal vez algún psicólogo pueda darse cuenta de que esas han sido mis dos actividades frustradas y yo proyecto en ellos lo que hubiese querido ser y no fui, y posiblemente tenga razón. Pero sin embargo, me llena de orgullo ver como van desarrollando sus propias personalidades y preferencias, y como se van desarrollando a pesar de nosotros, sus padres.
Todo esto, a su vez me llevó a preguntarme sobre la nueva vida que comenzaremos en un poquito más de 23 días.
¿Volveremos a tener el potencial que alguna vez perdimos? ¿O tal vez siempre lo hemos mantenido y la concreción de nuestro proyecto es la muestra de ello?
Por ahora, lo que siento es que estamos al borde de un "empezar de nuevo" en muchas cosas y estamos reseteando el sistema porque aquí en nuestro país la compu se clavó y cada vez tira más errores. Aunque en otras cosas ya tenemos varios kilómetros recorridos y una serie de responsabilidades que estamos contentos de tener.
Y como todo nuevo comienzo, está lleno de incertidumbres. Conozco mucha gente que siempre estuvo muy segura de cuál sería la carrera universitaria que seguiría, mientras otros, como yo, primero pasamos fugazmente por alguna facultad que nada tenía que ver con lo que finalmente fuimos, y en el medio debimos cambiar el rumbo.
Sin embargo esta vez no tengo el sentimiento de aquellos años de los primeros pasos en la universidad. Estoy completamente seguro de que el camino que encaramos es el correcto y de que somos capaces de aprovechar este "empezar casi de cero", y de que también estamos ampliando las oportunidades para nuestros hijos. Las incertidumbres esta vez pasan más por cuestiones prácticas, pero no por los objetivos ni por lo que vamos a buscar.
Como dijo San Martín, seremos lo que debamos ser o no seremos nada.
Y después de este post seudo filosófico, finalmente les confieso que lo que quiero ser en Canadá es una estrella de rock. Si ellos pudieron, ¿por qué yo no?
Ya pasamos por casi todas las etapas pre-inmigración a Québec, por las que con algunos matices, pasamos la mayoría de los que nos metimos en este baile. Parecen lejanos los días en los que dábamos los primeros pasos en el estudio del franchute, navegábamos en internet durante horas buscando información sobre Canadá y Québec hasta que nos quedaban los ojos como a Homero, recitábamos las más de 100 preguntas para la entrevista en la embajada canadiense, recorríamos reparticiones públicas con kilos de papel a cuestas y mirábamos todos los días el buzón y las casillas de mails esperando encontrar correspondencia de la oficina de inmigración de San Pablo.
Desde el ultimo post en el que despedía a Los Loquitos el paso del tiempo parece haberse precipitado de repente. Los días parecen no alcanzar para nada y ya nos faltan solo 30.
En 13 días tenemos que dejar el departamento y nos vamos a vivir al de mi suegra, a quien agradecemos habernos cedido su casa para pasar las últimas dos semanas.
Luego se fueron Fran y Romi y en menos de una semana les toca a Vir y Mati. Con cada partida de nuestros amigos se presenta más inminente la nuestra.
Hace un par de semanas empezamos a vender nuestras cosas. Mandamos mails a todos nuestros contactos y en menos de 48 hs teníamos el 85% colocado. Muchos de nuestros familiares y amigos empezaron a caer en que nuestra partida es una realidad cuando recibieron ese mail. Incluso algunos me han llamado diciendo: Ah!! Era en serio que se van!!
Y parece que eso también fue el disparador de las reuniones de despedida. El viernes pasado empezaron y seguirán seguramente durante los próximos fines de semana.
Hoy, mejor dicho, ayer, mi esposa renunció a su empleo, otro momento bisagra y nada fácil.
También nos quedan todavía muchísimas cosas por hacer, y a veces tengo la sensación de que no vamos a llegar a hacer todas. Seguramente alguna quedará.
Pero a pesar de la escasez de tiempo, cada vez estamos más seguros de que estamos haciendo lo correcto.
El otro día, filosofando un poco sobre las razones para irnos, cosa que hacemos cada tanto, tal vez para reasegurarnos de lo que estamos haciendo, conicidíamos plenamente en que lo que queremos para nuestra familia aquí no está y no se compra con plata. Por eso, nuestra elección no es para nada riesgosa, desde el momento en que al irnos aumentamos drásticamente las probabilidades de conseguir lo que queremos.
Somos 4: mi esposa, nuestros dos machotes de 4 y 2 años y yo. Somos una familia argentina, de costumbres sencillas, que hemos logrado cosas a base de esfuerzo y honestidad. Queremos dejarle a nuestros hijos la herencia de los valores, y creemos que Canadá es el lugar que nos permitirá lograrlo.