jueves, 25 de febrero de 2010

Esto pasa todos los días en Bs. As.

Anoche me puse a ver un poco de tele como para despejarme un poco. La idea era pavear y engancharme con algo trivial, básico y que no me haga pensar demasiado.

Pero me en la recorrida zappinguística obligada, me enganché viendo un programa que pasan por el canal América que se llama "Calles salvajes".

El programa es una onda reality documental (de los cuales hay muchos) que se encarga de recorrer las calles de la Capital y de la provincia de Buenos Aires, en general de noche, mostrando lo heavy que está todo. Hay violencia, prostitución, drogas, robos, peleas, etc.

No es ninguna maravilla, pero hay que destacar los huevos que tienen los pibes que lo hacen para meterse en donde se meten.

A continuación va una parte del programa que estaban pasando ayer, que se trataba de cómo es la noche en Flores. En Youtube, en el sidebar de este video, pueden encontrar unos cuantos videos más.



Eso que se ve es lo que pasa en las calles de Buenos Aires. Y les puedo asegurar que es así y mucho peor. Si te vas de noche por la avenida Rivadavia, desde la Plaza de Mayo hasta la General Paz, te encontrás con cosas como esa, a Plaza Constitución ni te podés acercar, y así es en la mayoría de los barrios de la Capital y del Gran Buenos Aires, con algunas, muy pocas, excepciones, que son, obviamente, los barrios más pudientes.

Me ha tocado estar en Caballito, en una farmacia comprando una mamadera y ver corridas como la del video. El camino desde el departamento de nuestros amigos hasta la farmacia era para hacerlo calladito, mirando para abajo, y sin llamar la atención.

Realmente me da mucha pena, porque está lleno de pibitos que están realmente hechos mierda y no tienen absolutamente ninguna oportunidad. Su suerte está echada. Y cada vez son más. El paco hace estragos, la ley no existe y la policía es funcional a todos los negocios que se generan alrededor de la delincuencia.



viernes, 19 de febrero de 2010

En busca del profesionalismo perdido

Hace varias semanas ya había dicho que iba a escribir sobre el tema por qué me decidí a intentar ser aceptado en una universidad Canadiense para hacer un MBA. Pero hay varios motivos que me llevaron a esa decisión, así que de a poco iré tirando algunos de ellos hasta llegar a la conclusión final.

Cuando estuve escribiendo el dossier para la entrevista investigué de todo. Pasé muchas horas navegando por internet, hablando con gente por Skype, hablando por teléfono con universidades, con el MICC, etc. y en lo referente al aspecto profesional, basado en todo eso, saqué algunas conclusiones.

Primero pensé: si soy profesional (en todo el sentido de la palabra), el hecho de aterrizar en Canadá con pergaminos y experiencia argentinos, no me vuelve menos profesional. No sé si a alguien más le pasa esto, pero a medida que leía cosas en internet me daba la sensación de que cuando uno pasa por la oficina de migraciones canadiense, decenas de rayos radiactivos le atraviesan el cerebro y lo dejan limpito, y al carajo con los 21 años de estudio, los títulos, la maestría y los 15 años de experiencia.

Sí es cierto que indefectiblemente el mercado laboral canadiense no reconocerá tu profesionalismo, pero no por eso dejás de ser profesional. Ni una pizca. Seguís siendo el mismo tipo, con las mismas fortalezas y las mismas debilidades y, en mi caso, con 36 años vididos que no fueron al pedo. Después de todo, todas las cosas que hice durante toda mi vida, no con poco sacrificio, son las que me permitieron llegar hasta acá.

Eso me llevó a la primera conclusión. Será necesario lograr que ese profesionalismo sea reconocido, y para ello hay que recorrer un camino que requiere de un gran esfuerzo.

Entonces, qué mejor que encarar el proceso de integración de forma profesional, tal como hemos encarado una gran variedad de proyectos a lo largo de nuestra vida. De hecho, desde el momento en que decidimos embarcarnos en esta aventura hemos hecho las cosas con ese espíritu.

Como alguna vez escribí, cuando envíe los papeles a San Pablo
a mediados de diciembre de 2008, hicimos un roadmap con el camino que haríamos para llegar hasta aquí, y las cosas se dieron tal cual. No fue fácil, las cosas no pasan solas, sino que uno tiene que hacer que pasen.

En ese plan manejábamos escenarios de fechas de entrevista, cuántas horas de francés debíamos estudiar, cuánto dinero necesitaríamos durante el proceso, los trámites que debíamos ir haciendo, etc. Sin embargo, como la realidad está viva, a veces es necesario hacer ciertos cambios para poder conservar el rumbo, y así fue que en marzo de 2009 decidimos mudarnos al centro, porque de otra forma no hubiéramos podido hacer todo lo que nos propusimos viviendo a 50 km. de la capital. También hubo otra clase de problemas (personales, familiares, etc.), y a todos hemos ido encontrándole la vuelta, siempre sin perder de vista el objetivo.

En suma, pensamos que debemos irnos a Montreal con un plan a seguir y con objetivos claros. No queremos irnos a ver qué pasa, nos vamos a hacer que pase.



lunes, 15 de febrero de 2010

Chau praia, hola cemento. Ya tenemos visas.

Se terminaron las vacaciones.

Como sucede siempre que uno la pasa bien, el primer día en casa es un poquitito nostálgico. Ya nos habíamos acostumbrado a nuestra nueva forma de vida. Ya nos manejábamos bárbaro con el super, empezábamos a conocer algunas marcas y sus respectivos precios, fuimos aprendiendo palabras nuevas en portugués, saludábamos gente solo por el hecho de que la cruzábamos seguido, y en los dos o tres negocios que frecuentábamos en el barrio ya nos conocían.

Sin embargo, esta vuelta de vacaciones tiene otra onda. En lugar de pensar "uh, qué embole, a remar otro año más, otra vez a verle la cara de orto a González, a bancarme las huevadas de mi jefe, a ver qué quilombo económico va haber este año,", etc.,, mañana nos empieza a correr el reloj. Está buenísimo pensar en el lunes como el comienzo de la cuenta regresiva para darle un cambio radical a nuestras vidas, y no como la cuenta hasta las próximas vacaciones.

Algunas cosas sobre estas dos semanas:

- Ya tenemos visas. Mañana vamos a buscar los pasaportes a la embajada. Queremos agradecerles infinitamente a Los Loquitos, que nos hicieron la gauchada de llevar nuestros pasaportes para que les estampen la visa mientras nosotros nos rascábamos la panza. Son de fierro!!! Gracias!!!

- Brasil me sorprendió muy gratamente. Si bien estuvimos en lugares turísticos, como fuimos en
auto, recorrimos más de 1000 km. Se nota que se mueve y que hacen las cosas de una forma muy distinta a Argentina (tal vez en algún momento hable un poco más de eso). Sigue teniendo muchísimos problemas, pero realmente parece mucho más encaminado que nosotros.

- Y algo muy importante: Mapa dejó los pañales. Sí señor. Hace pis de parado, Ya es un hombre.

Por último, quiero darle las gracias a los tres (Mapa, Ojoloco y a mi esposa) porque pasé unas vacaciones espectaculares, que me han llenado de ganas de dar el próximo gran paso.

Y a própósito de que Mapa dejó los pañales,
parece mentira, pero los dos, Mapa y Ojoloco han crecido muchísimo en estas dos semanas. Es increíble lo grandes que están!! Estamos muy orgullosos de Uds.



jueves, 4 de febrero de 2010

Desfrutando as praias brasileiras

Hace ya unos días estamos disfrutando de las playas del sur brasileño .

Yo no las conocía, y realmente me alegro de haber venido. Nuestros machotes la están pasando de maravilla, y nosotros también.
Hoy estuvimos hasta las 8 y media de la noche en la playa, metidos en el mar. Además, trato de practicar el portugués básico que aprendí en las clases que tomé durante todo el año pasado en el trabajo.

Habíamos decidido irnos de vacaciones este año como un premio por todo el esfuerzo que hicimos durante el 2009, no solo nosotros, sino también los chicos, que se la bancaron estoicamente. Unos fenómenos. Además, para llevarnos fresquito el recuerdo de la arena y las aguas cálidas.

Pero no sabíamos a dónde.

Comenzamos a averiguar precios en la costa argentina y llegamos a la conlcusión de que a los comerciantes criollos se les salió la cadena (metáfora ciclística, similar a "se les salió un tornillo"). Es increíble, pero a pesar de que el tipo de cambio no nos es favorable, las cosas están más baratas en Brasil que en Argentina, no solo más baratas que en la costa, en donde te cobran lo que quieren, sino también más baratas que en Buenos Aires. Esto es así en casi todos los rubros: alojamiento, supermercado, comer afuera, tomarse una cerveza en la playa. Las excepciones son el combustible y la carne.

La mala: hoy Ojoloco estaba con dolor de panza y vomitó todo el desayuno, así que tuvimos que hacer una pasada por la clínica local. Por ahora no es nada, pero hay que vigilarlo. Parece que a una gran cantidad de gente que está veraneando acá le pasa lo mismo. Incluso en la posada en la que nos alojamos hay varios chicos y grandes en las mismas condiciones. Y llegamos a la clínica y había varios chicos atendiéndose por lo mismo. A un nene de 4 años le estaban poniendo suero porque había estado vomitando toda la noche y se estaba deshidratando.

Me puse a esribir esto mientras abro
otra Skol (que es actualmente nuestra principal fuente de líquido, vitaminas, proteinas y minerales) en una pausa que me tomé mientras hago ejercicios de matemáticas para dar el GMAT. Me estoy acordando de que prometí escribir sobre eso, así que sigo debiendo, no sé bien a quién , pero por lo menos a mí mismo. También vi que debo contestar varios comentarios, que intentaré responder mañana.

Lo que les dejo es la canción que se ha convertido en nuestro tema del verano. No sonó en ninguna radio, no hubo una reedición remasterizada y redigitalizada ni nada que se le parezca. Este fue el tema que bailó Ojoloco en el concert (cuando yo iba al colegio le decíamos "fiesta de fin de curso", pero parece que "concert" suena más cheto), donde hizo de brasilero. Además, él junto a otros dos compañeros hicieron la presentación en inglés del número de su curso. En esa oportunidad Mapa hizo de mexicano, pero el tema me lo guardo para cuando vayamos a Cancun o a Acapulco.

Yo había bajado el tema a mi Ipod especialmente para el viaje, pero me lo venía guardando. Hasta que en medio de un gran embotellamiento en la BR101 que hizo que tardáramos 6 horas demás en llegar a nuestro destino, ya en el segundo día arriba del auto, en un caluroso atardecer, empezó a sonar lo que sigue. Y se le iluminó la cara.



Paralamas do Sucesso - Uma brasileira