Hace varias semanas ya había dicho que iba a escribir sobre el tema por qué me decidí a intentar ser aceptado en una universidad Canadiense para hacer un MBA. Pero hay varios motivos que me llevaron a esa decisión, así que de a poco iré tirando algunos de ellos hasta llegar a la conclusión final.
Cuando estuve escribiendo el dossier para la entrevista investigué de todo. Pasé muchas horas navegando por internet, hablando con gente por Skype, hablando por teléfono con universidades, con el MICC, etc. y en lo referente al aspecto profesional, basado en todo eso, saqué algunas conclusiones.
Primero pensé: si soy profesional (en todo el sentido de la palabra), el hecho de aterrizar en Canadá con pergaminos y experiencia argentinos, no me vuelve menos profesional. No sé si a alguien más le pasa esto, pero a medida que leía cosas en internet me daba la sensación de que cuando uno pasa por la oficina de migraciones canadiense, decenas de rayos radiactivos le atraviesan el cerebro y lo dejan limpito, y al carajo con los 21 años de estudio, los títulos, la maestría y los 15 años de experiencia.
Sí es cierto que indefectiblemente el mercado laboral canadiense no reconocerá tu profesionalismo, pero no por eso dejás de ser profesional. Ni una pizca. Seguís siendo el mismo tipo, con las mismas fortalezas y las mismas debilidades y, en mi caso, con 36 años vididos que no fueron al pedo. Después de todo, todas las cosas que hice durante toda mi vida, no con poco sacrificio, son las que me permitieron llegar hasta acá.
Eso me llevó a la primera conclusión. Será necesario lograr que ese profesionalismo sea reconocido, y para ello hay que recorrer un camino que requiere de un gran esfuerzo.
Entonces, qué mejor que encarar el proceso de integración de forma profesional, tal como hemos encarado una gran variedad de proyectos a lo largo de nuestra vida. De hecho, desde el momento en que decidimos embarcarnos en esta aventura hemos hecho las cosas con ese espíritu.
Como alguna vez escribí, cuando envíe los papeles a San Pablo a mediados de diciembre de 2008, hicimos un roadmap con el camino que haríamos para llegar hasta aquí, y las cosas se dieron tal cual. No fue fácil, las cosas no pasan solas, sino que uno tiene que hacer que pasen.
En ese plan manejábamos escenarios de fechas de entrevista, cuántas horas de francés debíamos estudiar, cuánto dinero necesitaríamos durante el proceso, los trámites que debíamos ir haciendo, etc. Sin embargo, como la realidad está viva, a veces es necesario hacer ciertos cambios para poder conservar el rumbo, y así fue que en marzo de 2009 decidimos mudarnos al centro, porque de otra forma no hubiéramos podido hacer todo lo que nos propusimos viviendo a 50 km. de la capital. También hubo otra clase de problemas (personales, familiares, etc.), y a todos hemos ido encontrándole la vuelta, siempre sin perder de vista el objetivo.
En suma, pensamos que debemos irnos a Montreal con un plan a seguir y con objetivos claros. No queremos irnos a ver qué pasa, nos vamos a hacer que pase.
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Hace 5 años
Excelente postura hacia este proyecto. Unico consejo (de uno que la vivió): mantené tus opciones abiertas. Te vas a encontrar posiblemente con bifurcaciones en curso de ruta, de tiempo o del camino para llegar a tu fin, que es instalarte en un trabajo X en una ciudad X. La apertura que demanda esta experiencia te va a sorprender, pero así y todo sin perder de vista el objetivo. Un día no muy lejano vas a llegar a ese objetivo, y de ahí en mas...a vivirla!!
ResponderEliminarHola Jordan,
ResponderEliminarCuando hablo de personas que me han sabido rumbear, estás en la lista.
Totalmente de acuerdo, sobre todo porque varios paradigmas seguramente serán distintos. Y sinceramente es una de las cosas que más espero, estaría bastante decepcionado si no lo fuera.
No tengo problemas con cambiar el plan cuantas veces sea necesario, lo que me molesta es no tenerlo.
Abrazo
Impecable el argumento y bien planteados los objetivos, que podría salir mal? jejejejeje
ResponderEliminarSolo dos pequeñas y muy humildes observaciónes: .-La primera es que yo vería un MBA o cualquier proyecto de este tipo más como un medio que como un fin en si mismo.
.- En segundo lugar no me apegaría tanto a mi palmares profesional (que obviamente bien ha valido montones de esfuerzos y sacrificios) no por que no lo valga sino porque siento que hay travesias que uno emprende en las que el exceso de equipaje pudiera entorpecer el viaje mismo.
En este sentido considero muy apropiado el comentario de Jordan porque al fin y al cabo este acto de emigrar es más o menos como un poema que (con las mismas palabras) dice y significa algo diferente para cada uno.
Entonces imposible (además de irresponsable para con la familia) entrar al ruedo sin un plan, pero sin mayores posturas ortodoxas y con oidos atentos al canto del oleaje que se presente en el horizonte.
Saludos: Abel
Estimado Abel,
ResponderEliminarQué podría salir mal? Como dice la ley de Murphy, todo lo que pueda salir mal, saldrá mal. Sin embargo, cuando eso pasa, ahí debemos estar nosotros, atentos para enderezar las cosas y volverlas a su camino nuevamente. Ese es el valor que agregamos los seres humanos, si no, todo andaría en piloto automático. Muy aburrido para mi gusto.
Con respecto al MBA como medio, comparto contigo, es absolutamente así. Solo es una nueva herramienta para mi caja. Así es como veo la formación y la experiencia, y lejos está de ser un objetivo en sí mismo. No obstante, en la cadena de medios y fines, me gusta plantear hitos a alcanzar, de lo contrario los caminos se vuelven demasiado largos.
Finalmente, a propósito de tu metáfora, sobre todo en las travesías más arriesgadas, me gusta pensar que la improvisación debe quedar para lo imprevisto. Por ejemplo, los antiguos navegantes salían a navegar por aguas desconocidas valiéndose de los conocimientos e instrumentos de navegación conocidos hasta ese momento. Calculaban utilizando sus conocimientos matemáticos previos y se guiaban por el movimiento de las estrellas, no salían a la deriva para que el oleaje los llevara.
Y finalmente, también estoy de acuerdo con que las posturas ortodoxas son sumamente peligrosas, porque como le decía a Jordan, la realidad no atiende a las posturas ni a los paradigmas, solo sucede. Es nuestra responsabilidad estar preparados para verla.
Como siempre, un gusto intercambiar ideas contigo. Un abrazo y gracias por el comentario.
El gusto por la buena conversa es reciproco y además muy de acuerdo con tus agumentos. Está claro el porque consigues tus objetivos.
ResponderEliminarSaludos y abrazo: Abel
Jajajaj!! Ojalá fuera así! Creo que cuento con más fracasos que éxitos, pero la cosa está en intentar.
ResponderEliminarAbrazo!
Me encantó tu última frase!
ResponderEliminar"No queremos irnos a ver qué pasa, nos vamos a hacer que pase"
A mi la vida en los últimos dos años me ha dado varios trancasos: laborales, familiares y de salud. La vida ha estado intentando bajarme mi sentimiento de poder y lo ha logrado en buena medida.
Lo que hemos aprendido, es que la vida decide por uno, pero nosotros somos los responsables de pintar todos los caminos que queremos en la tierra, para tener las mejores opciones bien planteadas.
Estamos en el proceso de migrar, queremos hacerlo en 90 días aprox, pero sabemos que cualquier cosa puede pasar.
Hola Magda,
ResponderEliminarMuchas gracias!
Arriba ese ánimo!
Tenía un profesor (uno muy groso, con muchos pergaminos de varios lugares del mundo) que decía, no a título personal, sino académico, que uno podía tener dos posturas ante las cosas que nos pasan en la vida: la de víctima o la de protagonista.
Los problemas están ahí, solo suceden, ya aparecieron. Pero nosotros somos los que decidimos qué hacer ante ellos. Hay problemas chiquitos, problemas grandes, de salud, de amores, de plata, de trabajo y de lo que se te ocurra.
Entonces uno puede decidir echarle la culpa al destino, al contexto, a las circunstancias, a la injusticia, etc., pero el problema sigue estando ahí, y sigue siendo de uno, a pesar de no tener ninguna responsabilidad por las causas.
O bien, puede ver qué hace con el problema, porque te guste o no, sigue estando ahí y te sigue molestando.
Es difícil? Sí, y mucho, pero el tema es tratar, aunque a veces uno sienta que ya no hay nada para hacer.
Grcias por pasar!!!