jueves, 10 de septiembre de 2009

¿Por qué matan a la gallina de los huevos de oro?

Hace un rato me enteré leyendo el diario por internet de que la selección argentina de fútbol perdió con Paraguay y quedó comprometida su participación en el mundial de Sudáfrica.

Cómo puede deducirse, no miré el partido ni lo escuché por la radio. La verdad es que en los últimos dos años se me han ido las motivaciones. Es un deporte que me encanta, tanto verlo como jugarlo, pero actualmente lo último que cuenta es lo deportivo.

Y desde mi costado "hincha" no me gustaría que Argentina no estuviera en el mundial, es una fiesta que disfruto mucho, pero desde mi lado racional (no me peguen) creo que bien merecido estaría.

¿Por qué? Porque se han hecho las cosas mal durante demasiado tiempo. Los clubes están mal, el fútbol es funcional a otras cosas, por ahí pasan millones de dólares de negocios turbios, los dirigentes son un desastre, la AFA otro desastre, y encima ahora se metió el gobierno. Y el nombramiento de Maradona como técnico (el mejor jugador del mundo pero uno de los peores técnicos) no podía terminar en otra cosa. Creo que si Argentina va al mundial sería milagroso.

Este es otro ejemplo de como se maneja en Argentina lo que es de todos pero no es de nadie.

Pero yo me pregunto: ¿tan chotos pueden ser como para no darse cuenta de que no les conviene matar a la gallina de los huevos de oro?

Y no lo digo solo por el fútbol, sino también por muchas cosas en este país y en otros países en situación parecida.

Supongamos que te ponés en la cabeza de un clásico líder político latinoamericano. ¿Se puede ser tan tarado como afanar tanto y no hacer nada para que tu fuente de afano no se ahique cada vez más hasta desaparecer?

¿No te das cuenta de que si te afanás toda la guita que tenías para educar gente, después eso va a generar que el PBI de tu país se achique cada vez más? ¿No es mejor afanar poco de una torta grande que tener que afanarte todo de una torta pequeñita?

El estado se metió en la televisación del fútbol. Para qué? Se pueden decir un montón de cosas: circo para el pueblo, manejar un negocio por el que pasa todo lo ilegal que puede existir, controlar a los clubes y sus barras, controlar a los dirigentes de los clubes, he escuchado de todo.

¿Pero alguien se piensa que toda esa movida debe haber sido sencilla? Yo creo que para nada. El esfuerzo, la coordinación, el lobby, la logística y la guita que requiere todo el quilombo que armaron, alcanza y sobra para hacer bien las cosas 5 veces. Pero no sé, parece que meterse en la rosca será más atractivo.

Aún desde la lógica de Maquiavelo, matar a la gallina de los huevos de oro todavía me resulta incomprensible.



2 comentarios:

  1. Y tienes razón Cacho, es por lo menos Bizarro el comportamiento del dirigente latinoamericano y aunque en cierto momento podamos pensar (desde nuestro estado de lógica) que ya no se puede ser más estupido de alguna forma se superan, nos sorprenden y rompen sus propios pronósticos haciendo las cosas aún peor. ¿Y que te puedo decir de aquellos que los eligen?
    Ahora bien, lo que a mi se me ocurre es que hay alguna corriente de pensamiento que gente del común como nosotros desconocemos y sobre la que estos dirigentes basan sus extrañamente sobre-desacertadas decisiones jejejeje es que ni siquiera se trata de que hacen las cosas que se les ocurren mal, sino que aquellas que están funcionando relativamente bien las intervienen, las modifican y las suman a su columna de fracasos.
    Tu sabrás que dicen que la empresa más rentable del mundo es una empresa petrolera bien administrada y la segunda más rentable es una empresa petrolera mal administrada. Pues acá tienen quebrada a PDVSA y lo más heróico de estos proceres del desatino es que la hayan destruido en medio del rally más largo y exorbitante de precios petroleros en la historia de la humanidad (cuando llegaron el barril andaba en 10$ y llegó a los 140$... hoy está aún en 70$).
    Es realmente asombroso y resume un tanto en nuestra indignación muchas de las razones por las que nos vamos. Es casi imposible que te duela el gentilicio ante tanta indolencia de los que dirigen y sobre todo de los que los eligen.
    Saludos

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  2. Supongo que si. Debe haber algo que nosotros no sabemos, hay algo que no estamos viendo, porque yo no lo entiendo.
    Abrazo y gracias por el comentario,

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