Una de las cosas que hemos hecho con mi esposa durante los varios años que estuvimos juntos antes de que nacieran nuestros machotes fue recorrer el país. Y les aseguro que estas tierras tienen cosas increíbles.
Como éramos más jóvenes y más pobres, una noble carpa Cacique nos ha servido de hogar en la mayoría de esos viajes.
Hemos recorrido desde Ushuaia hasta La Quiaca. Hemos manejado miles de kilómetros, comido decenas de kilos de polenta, arroz, fideos y cualquier cosa que viniera en una lata.
Hemos acampado en lugares impagables y despertado ante paisajes soñados. Nos hemos emborrachado con vino del más barato que se pueda imaginar y guitarreado con mochileros que estaban de la cabeza. Vimos ballenas, glaciares, la inmensidad de la puna, cerros con una cantidad de colores infinita, bosques petrificados de miles de años, conocimos a los fósiles más viejos de la tierra y al tipo que los descubrió (que nos contó que a pesar del descubrimiento el gobierno no le dio un mango para sus investigaciones, y tenía que mangar becas en universidades americanas y europeas).
Hicimos rafting en rios más o menos peligrosos, me he tirado de un puente, anduve en planeador. No son grandes hazañas pero son gustos que me fui dando. Aunque me han quedado pendientes el paracaídas y el globo.
Y además creo que hemos generado algunas anécdotas que no creo que le podamos contar a los chicos hasta que hayan crecido un poco.
A propósito de esto, tengo la teoría de que cuando uni empieza a dejar de generar anécdotas es que ya se puso grande. Y se encuentra una y otra vez contando las mismas historias en los asados, tratando de hacer memoria como el Chavo Fucks (comentarista de fútbol y periodista deportivo) recordando la formación de Chacarita del 69. ¿Estábamos con el Coco? ¡No, era con el Pelado! Me parece que fue en el 95 porque Menem recién había ganado las elecciones, ¿o fue en el 94?
Y siempre dijimos que ni bien los chicos tuvieran la edad suficiente, volveríamos a repetir esos viajes y agregaríamos los que nos quedaron pendientes.
Pero parece que si todo sale bien, tendremos que cumplir ese sueño en otras geografías, que por lo que estuve viendo, aparte de ser enormes, parece que también los lugares y los paisajes son increíbles.
Supongo que a medida que nos vayamos afianzando, nos iremos equipando y nos largaremos cada vez un poco más por la Trans-Canadá.
Y por qué no, también volveremos a generar nuevas anécdotas.
El video que sigue tiene de fondo Rutas Argentinas, de Almendra. Creo que anduvimos por casi todos los lugares que aparecen en las fotos.
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Hace 5 años
Como alguna vez dijeron... "Tené cuidado con lo que querés en Canadá por que se te puede dar!"
ResponderEliminarPor las dudas procuraré tener cuidado, no sea que me pase lo que al Rey Midas, no?
ResponderEliminarMuy lindo lo que contás! Yo también quiero viajar, espero poder comprarme esos camiones tipo casilla rodante y recorrer distintos lugares! Mientras tanto, quiero escuchar esas anécdotas!!! Manaña tendremos tiempo para eso. Saludos a todos!
ResponderEliminarCuando tenía 7 años, mis padres hacía ya 5 se habían separado. Mi vieja laburaba en Philips y le ofrecieron trabajo casa educación todo en Canada. Nos acercamos mucho a este inmenso país, tanto que soñaba y creo que aún hoy lo añoro como si alguna vez hubiese pertenecido. Mi corazón se encanadienzo, y como una perfecta Susanita porteña, teji 1000 historias.
ResponderEliminarHoy, 37 años después, de alguna manera, le hago saber a mi mamá, que el no haberlo intentado fue peor que el haber regresado de lo que nunca fué. Para mis hijos, para mi ahijado y para mi sobrino, para vos y tu mujer a quienes amo, me pongo de pie ante la garra y la energia, la esperanza de "ser" que jamas en estos años la dejaron claudicar. Ale
Muchas gracias Ale!!! Te mando un beso y gracias por pasar.
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