Parece que la ansiedad es inversamente proporcional a los días que uno estima que faltan para la partida.
Hace unos cuántos días que tenemos pendiente poner en negro sobre blanco nuestro master plan para por lo menos los primeros dos o tres años en Canadá.
Sucede que no es nada fácil. Esto parece ser como tener nuevamente la oportunidad de elegir qué hacer de nuestras vidas, como desarrollarnos, como orientar nuestras carreras, y hasta tal vez reconvertirnos profesionalmente.
Hemos hecho un montón de elucubraciones de escenarios, y a medida que vamos obteniendo más información la cosa pararece ponerse más difícil, no por las limitaciones, sino por la cantidad de nuevas opciones que aparecen.
No obstante, creo que estamos comentiendo un error de base en nuestros planteos: hemos estado pensando las cosas con nuestro modelo de pensamiento actual, es decir con el paradigma argentino del éxito.
Creo que pertenezco a una generación que se le ha metido en la cabeza que debemos ser profesionales exitosos, y que debemos lograrlo pronto. Que de alguna forma debemos hacer "la diferencia" varios antes de la edad del retiro, porque si no, muy probablemente, a los 45 años la suerte ya esté echada. No digo que sea así, pero confirmo que esa es la idea que se respira tanto en la universidad como en las escuelas de negocios en las que he estudiado.
Creo también que por eso hay una importante tendencia a buscar caminos cortos que conduzcan a determinados logros en el corto plazo, con unos pocos parámetros para medir el éxito, que normalmente se refieren a lo individual dejando de lado el impacto en la sociedad. Esos parámetros suelen ser el dinero que se gana (y lo que se compra con él), el puesto que figura en la busienss card, y el reconocimeinto social que esas condiciones derraman.
No quiero decir que ganar dinero esté mal, ni despreciar los logros profesionales, ya que de hecho eso trae muchas satisfacciones.
Pero lo que sí sugiero es que este paradigma te lleva permanentemente a pensar que el futuro es la gloria o Devoto, y que si no te apurás, si no jugás la vida permanentemente como una carrera de 100 mts., mejor andá pensando en cómo sobrevivir en lugar de cómo vivir.
Pero en fin, después de todo, haber vivido toda mi vida en este país alguna secuela tiene que tener, no?
Una de las advertencias de algunas de las personas a las que les he comentado la forma de emigrar que elegimos es: "¿Vos estás seguro de lo que vas a hacer? ¿Vas a dejar toda una carrera que te llevó años de esfuerzo para irte sin saber de qué vas a laburar? ¿Te vas a bancar hacer laburos de entry level a esta altura de tu vida? Los próximos 10 años van a ser los más productivos de tu carrera!"
Por cierto, la preocupación es muy válida, y sé que las personas que me dicen esto lo hacen con la mejor intención, más aún en un contexto de incertidumbre eterna, en el que cada metro de terreno ganado hay que defenderlo con el cuchillo entre los dientes porque hoy lo tenés y mañana quién sabe, y no precisamente a causa de tu decidia.
Por eso también, al principio nos parecía que por ejemplo los dos o tres años que necesitaremos para validar nuestros títulos eran una eternidad, pero hoy ya no nos parece tanto.
Me gusta pensar que la idea del éxito canadiense es otra, que nuestro futuro depende mucho más de nosotros, de nuestro esfuerzo, y que muy probablemente la recompensa llegará. También sabemos que el proceso estará plagado de problemas, pero acá también será así, y estamos bastante acostumbrados a que permanentemente nos pateen en contra.
A propósito de todo esto y del futuro corto, les dejo un gran tema de The Offspring con la letra encima del video. Les pongo el link a Youtube, porque el video no entrega el código para embeberlo.
http://www.youtube.com/watch?v=RhpbSkCIYAU
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Hace 5 años
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